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En jurisdicciones como Estados Unidos, las leyes sobre derechos de autor dicen que el creador de una obra es su autor.
Por excepción, si una obra se hace por encargo, el contratante, y no el contratista, se considera el autor legal. Esto significa que el contratista no tiene derecho sobre la obra a pesar de que fue su creador.
Por lo tanto, el work for hire es un acuerdo legal en el que una persona es contratada para crear una obra específica a cambio de una compensación, remuneración o pago; y además, a cambio de ese mismo pago, la persona que creó la obra renuncia a sus derechos de copyright sobre la obra que creó.
Por eso se dice que cuando una obra califica como obra por encargo, se considera que el empleador, o la parte contratante, es el autor, y no la persona que la creó.
Ahora bien, como regla general, el work for hire no afecta los derechos morales de autor.
Para que un work for hire sea válido tiene que estar por escrito, firmado por todas las partes, y debe existir un pago o remuneración.
Para que el work for hire sea legal tiene que cumplir con los 3 requisitos de arriba, incluyendo estar por escrito.
De lo contrario, si lo que hay es un acuerdo verbal, entonces se considerará que al creador se le pagó para crear la obra y permitir el uso de la obra. Por lo que permanecerá con sus derechos.
En otras palabras, «de boca, no sirve».
La ley no limita a que el pago o compensación bajo un work for hire sea tarifa fija.
Las partes también pueden acordar pagos por proyecto y hasta porcentaje de regalías.
Lo importante es que los derechos de copyright le pertenecen a la persona que contrata, no a quien hace el trabajo.
Para que un work for hire tenga validez legal, tiene que completarse antes o durante la creación de la obra.
Si no se completa un work for hire, el creador de la obra mantendrá sus derechos de copyright sobre la obra.