Cuál es la historia de la industria musical

industria musical music business negocio de la musica Dec 29, 2024

La historia de la música se remonta a las primeras civilizaciones. Por siglos, la música fue gratis, parte de la tradición oral y de la manifestación cultural y religiosa.

¿Cuándo nace la industria de la música?

Según Dan Charnas, la industria musical comenzó su desarrollo en los Estados Unidos a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX con el surgimiento de las familias de clase media que podían comprar instrumentos, como el piano, adquirir e interpretar partituras musicales y, así, aprender a tocar.

Con el aumento de la demanda por partituras, los compositores musicales se vieron en la necesidad de sacar copias de sus partituras originales, vender y distribuirlas. Reconocida esta oportunidad, distintos empresarios lanzaron lo que conocemos como la editora musical. La propuesta de valor de este nuevo modelo de negocio era sencilla. Mientras el compositor se enfocaba en el trabajo creativo de hacer música, la editora se encargaba de la parte del negocio: sacar copias, llevarlas a las tiendas, venderlas, quedarse con un porcentaje de su trabajo y pagarle al compositor. El dinero que genera la música se le conoce como regalía.

El próximo momento clave para la industria musical fue en 1877, cuando Tomás Alva Edison inventó el fonógrafo, tecnología que hizo posible que una persona grabara su interpretación particular de una composición en un cilindro de cera recubierto de papel de aluminio, denominado fonograma, y luego escucharla cuantas veces quisiera. Como esta grabación de sonido específica es la fuente de la cual surgirán otras copias, se le denomina el máster.

Este proceso de grabación requería mucho dinero, tiempo y pericia. Primero, había que buscar un compositor que te diera permiso para grabar su obra. Segundo, músicos y cantantes que interpretaran dicha composición. Tercero, construir un estudio de grabación y, cuarto, buscar a alguna persona que ayudara con la parte técnica y facilitara el proceso de grabación.

La distribución tampoco era fácil. Había que encontrar una máquina para crear copias del máster, luego repartirlas y venderlas. Estamos hablando de muchísimo dinero y gran conocimiento en temas de negocio. De esa necesidad nació otro modelo denominado sello discográfico, y una de sus primeras manifestaciones fue Columbia Records en 1887.

Con el crecimiento de la industria musical, los sellos discográficos comenzaron a recorrer los Estados Unidos en búsqueda de nuevos talentos para grabar sus interpretaciones en fonogramas y venderlos. Había tres categorías principales: Pop o popular, R&B (rhythm & blues) y country.

Para la década de los cincuenta, los sellos discográficos optaron por desarrollar internamente sus propios talentos. Gracias a la influencia de Berry Gordy y su compañía, Motown Records, en Detroit (Michigan), los sellos comenzaron a ensamblar el equipo y personal necesario para lanzar al estrellato a cualquier artista. Desde compositores, productores y músicos hasta manejadores, editoras y una escuela de interpretación.

La venta del fonograma de cera en 1887 pasó a la del disco de vinilo en 1948 y a la cinta magnética a principios de los sesenta. Aunque el mercado prefería el vinilo, la  cinta magnética y su adopción por la industria automotriz cambió la manera como el consumidor escuchaba música. Ya no tenía que escuchar la radio, podía seleccionar, comprar y reproducir las canciones que quisiera en el carro.

En la década de los ochenta, se introdujo el Sony Walkman, que permitió a los consumidores escuchar a sus artistas preferidos cuando y como quisieran. A la par, la llegada de MTV incentivó a los sellos y artistas a ofrecer al consumidor un paquete completo de entretenimiento, incluyendo utilizar los videos musicales como estrategia de marketing.

Para este tiempo, la relación entre sello y artista era la fuente principal de ingresos de la industria: vender,
distribuir y promocionar la música. Cuando expandió sus límites para insertarse como parte de la industria del entretenimiento en general, los músicos comenzaron a hacer más dinero vendiendo su propia mercancía y saliendo en comerciales y películas.

En la década de los noventa, se creó el disco compacto y la industria musical alcanzó su pico en 1999, con ingresos de $ 25.2 mil millones a nivel global de los cuales $ 14.6 mil millones provenían de los Estados Unidos solamente, un 58 % del mercado global (Statista, 2021).

Sin embargo, todo cambió con la llegada de Internet. Plataformas online, como Napster, dieron acceso gratis a librerías musicales y facilitaron el crecimiento exponencial de la piratería. Como consecuencia, las próximas dos  décadas fueron una pesadilla para la industria musical. Lo que en 1999 representó $ 25.2 mil millones tocó fondo en 2014 a un total de $ 14.2 mil millones en ingresos globales (Stone, 2020).

Aunque los grandes jugadores de la industria entraron en guerras legales con Napster y otras empresas que dieron acceso gratis a la música, Internet marcó el inicio del fin de una era en la industria. Durante aquella época de crisis, los grandes sellos comenzaron a buscar nuevas formas de recuperar su inversión.

Por esa misma época, en manos de su fundador Steve Jobs, Apple presentó al mercado el iPod y su oferta innovadora de tener una tienda online de música: iTunes. El profesor Charnas explica que convencer a las disqueras más importantes para que permitieran que su música estuviera disponible a través de iTunes no fue tarea fácil. Este fue el comienzo de la migración en la industria musical tradicional hacia la economía digital. En iTunes, los consumidores podían, y todavía pueden, comprar su música de modo digital desde la comodidad de su casa. A este modelo se le conoce como descarga digital (en inglés digital download). Aunque representó una nueva fuente de ingresos para la industria, no era suficiente como para atender el golpe mortal que la piratería ya había causado. Los sellos tomaron una decisión que cambió la manera de como funciona la industria.

En los acuerdos de grabación tradicionales, los sellos recuperaban su inversión en el artista con la venta de
su música. En los nuevos, se les permite cobrar de todos los ingresos que genere el artista, incluyendo conciertos, eventos, mercancía, colaboraciones con marcas y regalías de la parte editorial. Nació el llamado «Acuerdo 360».

A la par que Napster y iTunes hacían su debut, plataformas como Last.fm, Pandora, MySpace Music, Soundcloud, BandCamp, entre otras, crearon la base de la próxima frontera en la música: la transmisión o music streaming. Algunos modelos incluían acceso a librerías limitadas a cambio de una membresía y otras funcionaban más parecidas a estaciones de radio por Internet con anuncios. Otro cambio radical llegó en manos de Spotify en 2011, con una oferta de acceso a una librería donde básicamente está toda la música que existe.

Desde 2015, los ingresos de la industria musical han aumentado año tras año y hasta han surgido nuevos competidores de Spotify como Amazon Music, YouTube Music y Tidal. De hecho, estudios indican que la industria musical resucitó precisamente gracias a la llegada del streaming, que representó el 64 % de los $ 28.8 mil millones de los ingresos globales de la industria en 2021 (Midia Research, 2021).

Como puedes ver, la industria musical evolucionó y sigue evolucionando con una rapidez increíble. Los avances tecnológicos, las plataformas digitales y las redes sociales  han hecho posible que vivamos en una nueva era. Lo que la industria es hoy y lo que será mañana depende de cómo el mercado consume música. Entender el pasado y la nueva realidad nos ayudará a predecir el futuro.

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